Durante años, la producción de hidrógeno con luz solar ha tropezado siempre con el mismo límite: el Sol emite mucha más energía de la que los materiales son capaces de aprovechar. Un equipo japonés acaba de mover esa frontera. No ha inventado una nueva fuente de energía, pero sí ha encontrado una forma más inteligente de exprimir la que ya tenemos.
Un mensaje de 160 caracteres enviado en 1992 sin respuesta inauguró una revolución silenciosa. Tres décadas después, los SMS siguen siendo una pieza clave de la infraestructura digital mundial, incluso en plena era de WhatsApp y las redes sociales.
Cuando una empresa apuesta su futuro a una sola carta, cada fricción se amplifica. Y eso es exactamente lo que está ocurriendo en Meta. El fichaje más caro y simbólico de la nueva era de la compañía —poner a un joven prodigio al mando de su ambición en inteligencia artificial— empieza a mostrar tensiones antes de cumplir su primer año.
Un esqueleto hallado hace décadas vuelve a sacudir a la ciencia con una interpretación inesperada. Un nuevo análisis pone en duda su clasificación y abre la posibilidad de una especie humana desconocida. Si se confirma, el origen de nuestros ancestros sería mucho más complejo de lo que cuentan los libros.
La microgravedad es uno de los grandes límites de la exploración humana del espacio. Sabemos viajar lejos y durante meses, pero hacerlo sin pagar un peaje biológico elevado sigue siendo un problema abierto. Ahora, una patente registrada en Rusia vuelve a poner sobre la mesa una solución tan conocida como esquiva: generar gravedad artificial mediante rotación.
Durante décadas fue una predicción incómoda, elegante y casi imposible de comprobar. Los agujeros negros supermasivos, esos objetos que gobiernan el corazón de las galaxias, podían —en teoría— ser expulsados violentamente y quedar a la deriva en el espacio intergaláctico. Hoy ya no es solo una idea. El telescopio James Webb acaba de ofrecer la primera confirmación directa de que este escenario extremo ocurre de verdad.
Un estudio japonés acaba de derribar uno de los mitos más arraigados de la gastronomía: no hace falta nacer con “buen paladar”. Con un entrenamiento breve y específico, personas sin experiencia lograron distinguir matices dulces con una precisión sorprendente en apenas tres días.
El clima espacial suele pasar desapercibido hasta que altera satélites, comunicaciones o deja auroras donde no deberían verse. En 2025, sin embargo, el fenómeno se volvió estadístico: la Tierra acumula más días de tormenta magnética que en cualquier otro año reciente y todo indica que el récord histórico caerá antes de que termine diciembre.
Durante años fue una predicción elegante en los modelos teóricos. Ahora es una imagen real. Un mismo sistema galáctico alberga tres agujeros negros supermasivos activos, todos brillando en radio al mismo tiempo. El hallazgo no solo es excepcional por su rareza: ofrece una prueba directa de cómo las fusiones de galaxias pueden encender y hacer crecer a los objetos más extremos del universo.
or primera vez, científicos lograron observar en laboratorio cómo un embrión humano inicia su implantación en tejido uterino. El avance, realizado con organoides y microchips, promete mejorar la fertilización in vitro y abre un intenso debate ético sobre los límites de la biología reproductiva.
El universo vuelve a poner a prueba nuestras etiquetas. En agosto de 2025, una señal de ondas gravitacionales y un destello óptico parecían encajar en un guion conocido. Durante unos días, todo apuntó a una kilonova clásica. Luego, el comportamiento cambió. Y lo que parecía familiar dejó de serlo.
Tendemos a imaginar la historia como una sucesión ordenada: un imperio cae y otro ocupa su lugar. Pero basta una mirada un poco más amplia para comprobar que el poder casi nunca se mueve así de limpio. Mientras una civilización declina, otras crecen, chocan, se solapan o simplemente continúan su propio camino. Un gráfico resume esa complejidad mejor que muchos libros.
Durante décadas, los científicos han buscado nuevas formas de reconstruir la historia reciente del clima. Satélites, estaciones meteorológicas y registros oceánicos han sido las fuentes habituales. Sin embargo, un estudio reciente ha puesto el foco en un lugar inesperado: los órganos de iglesia. Estos instrumentos, sensibles como pocos a los cambios ambientales, están revelando una tendencia clara y silenciosa del calentamiento global.
El calentamiento global no solo representa una amenaza inmediata para los ecosistemas y las sociedades humanas. A muy largo plazo, podría activar un mecanismo inesperado del propio planeta: un enfriamiento extremo capaz de conducir a una nueva era glacial. Así lo sugiere un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de California en Riverside, que plantea una inquietante paradoja climática.
Negra, porosa, sin suelo y casi sin nutrientes. La lava recién enfriada parece el último lugar donde buscar vida. Y, sin embargo, eso es exactamente lo que un equipo de investigadores ha visto en Islandia: bacterias y otros microorganismos estableciéndose sobre coladas volcánicas que llevaban apenas horas frías. No es una anécdota exótica. Es un patrón que empieza a poder medirse y, con él, a entenderse.
En los pantanos del sur de Florida ya no solo se mueven serpientes gigantes, caimanes y aves zancudas. Desde hace unas semanas, también hay conejos que no existen en la naturaleza: son robots solares, con cámaras e inteligencia artificial, diseñados para atraer a uno de los depredadores más problemáticos del ecosistema.
La arqueología subacuática acaba de asomarse a una cota que, hasta hace poco, parecía reservada a la ciencia ficción. A 2.570 metros bajo el Mediterráneo, frente a Saint-Tropez, un mercante del siglo XVI descansa entero, como si el tiempo hubiera decidido detenerse. No es un rumor ni una hipótesis: la localización es oficial y marca un antes y un después para Francia.