El Observatorio Heliosférico y Solar (SOHO) acaba de alcanzar un hito extraordinario: 30 años en el espacio observando el Sol de forma ininterrumpida. Lanzada el 2 de diciembre de 1995 por la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), la misión fue diseñada originalmente para durar apenas dos años. Sin embargo, tres décadas después, continúa operativa y aportando datos cruciales para la ciencia y la seguridad tecnológica de la Tierra.
Un estudio en Groenlandia detectó modificaciones inéditas en el ADN de algunas poblaciones de osos polares expuestas a temperaturas más altas. Los cambios, vinculados a los llamados “genes saltarines”, muestran que la especie está reaccionando a nivel molecular al deshielo, pero también dejan una advertencia incómoda: adaptarse no es lo mismo que sobrevivir cuando el entorno cambia más rápido que la biología.
Durante décadas, Adrianópolis fue vista como un asentamiento romano secundario del norte de Anatolia. Sin embargo, el hallazgo de un salón de recepción con mosaicos casi intactos, cargados de simbolismo y técnica refinada, obliga a revisar esa percepción y a preguntarse qué papel jugó realmente esta ciudad en el Imperio romano tardío.
La NASA ha completado oficialmente la construcción del telescopio espacial Nancy Grace Roman, uno de los proyectos científicos más ambiciosos de las últimas décadas. Bautizado en honor a Nancy Grace Roman, considerada la “madre del telescopio espacial Hubble” y primera astrónoma jefe de la agencia, este nuevo observatorio está llamado a ampliar de forma radical nuestra visión del universo.
Un estudio publicado en Nature Communications identifica una proteína que actúa como un interruptor del aprendizaje asociativo en el cerebro. Su funcionamiento ayuda a explicar por qué ciertos hábitos —desde rutinas cotidianas hasta adicciones— se fijan con tanta rapidez, incluso cuando somos conscientes de sus efectos negativos.
TRAPPIST-1e, un exoplaneta rocoso a solo 39 años luz, muestra señales químicas que podrían asociarse a procesos biológicos. Los datos no son concluyentes y los propios científicos piden cautela, pero el hallazgo revela hasta dónde puede llegar —y dónde aún tropieza— el telescopio James Webb cuando intenta responder la pregunta más incómoda de todas: ¿estamos solos?
Un avión de dimensiones nunca vistas está a punto de despegar y no lo hace solo para batir récords. Detrás de su tamaño descomunal hay una misión estratégica que conecta ingeniería extrema, logística imposible y un cambio profundo en la forma de producir energía. Lo que viene no se mide solo en metros.
En una ciudad obsesionada con batir récords, existe un espacio donde la experiencia no se mide en altura, sino en profundidad. Bajo una superficie tranquila se oculta un escenario imposible: millones de litros de agua, calles sumergidas y tecnología extrema. Un lugar que transforma el buceo en algo completamente distinto.
Un complejo en construcción, visible solo desde el espacio, ha comenzado a llamar la atención de analistas de defensa en todo el mundo. Su tamaño, su diseño y el momento en que aparece sugieren algo más que una obra convencional. Lo que se está levantando podría redefinir cómo se organiza el poder militar en el siglo XXI.
Lo que comenzó como una ampliación urbana terminó revelando un hallazgo inesperado bajo el asfalto. En un tramo clave de la ciudad apareció un conjunto arqueológico que obliga a replantear lo que se sabía sobre la Málaga romana. Las decisiones que se tomen ahora marcarán el futuro de este legado enterrado durante siglos.